Si al final todos somos niños....

Mucho de lo que escribo aca sale de alguna conversacion con alguien. Si no sale de alguna conversa por ahi, tambien puede salir de algo que me preocupe o me indigne. Y creo que ahi cubro las bases de las genesis de estas muy poco virginales y menos aun divertidas cronicas (sin k). Bueno, y fue asi, como conversando con una amiga, discutiamos sobre las cosas que no hacen evocar la infancia. Ella argumentaba que no habian tales cosas, y que yo era casi una excepcion al pensar que se podia volver a tener 5 años con solo tener un poco de imaginacion y capacidad de sorpresa. Claro, porque yo decia que disfrutaba de manera especial comiendome un helado en barquillo, porque me devolvia a la infancia, con todo el cuento de evitar mancharse las manos y tratar de no botar el sorvete en el intento, y que era algo sencillo que me regalaba un momento feliz por solo 700 pesos en un sabor o 1150 pesos en 2 sabores (Marcopolo). Caso similar es el de los fuegos artificiales, porque ver un juego de coloresbrillantes y ruidosos encima de tu cabeza es motivo del mas puro asombro aunque tengas 70 años, a no ser que seas escencialmente amargado. Porque esa es la consigna creo yo, disfrutar cosas pequeñas, asi subimos la vara y las cosas que son aun mas importantes las disfrutamos mas. Vivan los columpios, los balancines, los helados, los fuegos artificiales y los circos, vivan los adultos con alma de niño (no los pendejos de 30, ojo), y puta que que es rica la mezcla de manjar con lucuma. He dicho.